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Enfermedades crónicas

Las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y la obesidad afectan a millones de personas en todo el mundo y, si no se detectan a tiempo o no se gestionan adecuadamente, pueden tener consecuencias graves para la salud. Sin embargo, la buena noticia es que, con hábitos saludables y un seguimiento médico constante, es posible prevenir su aparición o mantenerlas bajo control.

Expertos en salud recomiendan adoptar una serie de hábitos que pueden marcar la diferencia en la calidad de vida. Entre ellos, destacan adoptar una alimentación saludable, realizar actividad física regular, hacer los controles médicos de manera periódica, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol, manejar el estrés, entre otras.

Por eso, es importante tener en cuenta los siguientes consejos para cumplir con cada uno de estos consejos:

*Alimentación saludable: reducir el consumo de sal, azúcares y grasas saturadas, e incorporar en la dieta frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.

*Actividad física regular: realizar al menos 30 minutos diarios de caminata, bicicleta, natación o cualquier actividad que disfrutes para mantener el cuerpo activo y fortalecer la salud cardiovascular.

*Controles médicos periódicos: la detección temprana es clave. Revisar regularmente la presión arterial, los niveles de glucosa y colesterol ayuda a identificar problemas antes de que se vuelvan graves.

*Evitar el tabaco y el alcohol, ya que son factores de riesgo que agravan muchas enfermedades crónicas. Deben ser evitados o reducidos al máximo.

*Controlar el estrés: dormir bien, buscar momentos de descanso y realizar actividades que ayuden a relajarse contribuyen a mantener el equilibrio emocional y físico.

 Por otro lado, se debe tener en cuenta que el acompañamiento de profesionales es fundamental en cada etapa. No hay que esperar a sentirse mal para consultar. La prevención es el mejor tratamiento y realizar chequeos anuales con el médico de familia puede marcar la diferencia.

Invertir en salud hoy significa ganar calidad de vida en el futuro. Adoptar hábitos saludables y mantener un seguimiento médico constante son las mejores herramientas para prevenir y controlar las enfermedades crónicas, asegurando un camino hacia una vida más plena y saludable.

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Controles de salud en niños y adolescentes

Mantener una buena salud desde la infancia y la adolescencia es fundamental para un desarrollo pleno y una vida saludable. La Sociedad Argentina de Pediatría destaca que las consultas médicas no deben limitarse a cuando el niño, niña o adolescente está enfermo, sino que deben realizarse de manera periódica para prevenir problemas y detectar posibles inconvenientes a tiempo.

Los controles de salud permiten al pediatra detectar problemas que muchas veces pasan desapercibidos por los adultos, ya sea en la salud física, emocional o en el desarrollo del niño. Detectar estas cuestiones en etapas tempranas mejora significativamente su pronóstico y calidad de vida.

Además, en cada consulta, el pediatra recopila información sobre antecedentes familiares, hábitos, rutinas diarias, alimentación, actividad física, juego y sueño, brindando consejos personalizados que respetan las costumbres y cultura de cada familia.

En cada control, el médico realiza un examen físico completo, que incluye la evaluación del crecimiento, desarrollo y estado nutricional. También revisa el calendario de vacunación y recomienda las vacunas que faltan según la edad y los riesgos específicos del niño o adolescente.

En cuanto a la frecuencia de las visitas al médico, se recomienda según la edad:

Recién nacidos y primeros meses:

  • Control pre-alta del recién nacido.
  • A los 4-5 días de vida.
  • Entre los 7 y 14 días.
  • A los 30 días.

Primer año de vida: una vez al mes.

De 1 a 2 años: cada 3 meses.

De 2 a 3 años: cada 4 meses.

De 3 a 5 años: cada 6 meses.

Desde los 5 años hasta la pubertad: una vez al año.

Otros controles importantes se realizan antes del nacimiento: la consulta prenatal es recomendable para preparar a la familia y al bebé para el proceso del parto y el cuidado inicial.

En suma, los controles periódicos en salud infantil y adolescente son una herramienta clave para garantizar un crecimiento saludable, prevenir enfermedades y fortalecer el vínculo entre el niño, la familia y el equipo médico. La prevención y la detección temprana son las mejores armas para acompañar a los niños y adolescentes en su desarrollo, asegurando un futuro más saludable y pleno para ellos.